lunes, 21 de septiembre de 2009

Afinar

Tenemos que volvernos el instrumento perfecto, de forma muy similar a la que una hermosa arpa tiene ajustadas todas sus cuerdas. Si somos menos que perfectos, cómo armonizaremos con la música universal? Una vez que estemos afinados, podemos abrirnos al Tao. A donde nos lleve, lo seguimos sin vacilación. Tal como un músico expresa talento individual y comprensión, y sin embargo armoniza con la creciente magnificencia de la orquesta, así también el seguidor del Tao permanece humano y sin embargo en armonía con lo universal.

Cuando el sol comienza su nueva pauta, lo sigue la primavera. El aire se entibia, y el mundo se regocija. Un nuevo aliento llega sobre todas las cosas, e incluso las temblorosas hojas están armonizadas al ritmo primaveral. Vuelve tu cara hacia el sol, como lo saben hacer las flores. Vuelve tu rostro hacia el Tao, como todos deberíamos hacerlo.

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