miércoles, 16 de septiembre de 2009

Destino

Haz desvanecer el tiempo
Y harás Desvanecer el destino...

El destino es la fuerza que interfiere con nuestras vidas, destrozando las cosas en el peor momento. Sin embargo lo que llamamos destino es nada más que las consecuencias de nuestras propias acciones. Cada vez que actuamos, generamos una cadena de eventos que está completamente atada a nosotros. Mientras más rápido huimos de esos vínculos, más rápido nos siguen. No pueden ser cortados; cada uno de nuestros actos nos amarra más.

El elemento operativo aquí es el tiempo. Los eventos del pasado son la maldición. Los seguidores principiantes del Tao aprenden a manipular el pasado, presente y futuro. Aprenden cómo las circunstancias operan y buscan sacar partido de ello. Los seguidores más avanzados del Tao se abstienen de este proceso de manipulación. Ellos eliminan toda consideración al pasado, presente y futuro como definiciones a fin de negar el concepto de destino.

Para lograr un estado de ser donde no hay pasado que le pese al presente y ningún futuro a ser determinado, los seguidores del Tao deben alcanzar una profunda fusión con el Tao. Entonces el seguidor no actúa diferente de lo que lo haría el Tao. No hay destino que se les oponga, porque ellos son la existencia, son la causa, son el Tao mismo.

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