lunes, 30 de noviembre de 2009

Dormir




Dormir es como un tren rápido
Sumergiéndose en largos túneles negros,
Rebanando el día con luces rojas y negras.
Sin preocuparse por el esqueleto maquinista.
La cabeza a la almohada es como de cabeza a la pista,
Escuchando el retumbar del destino,
Sabiendo que la apertura llegará.
Al dormir, como en los túneles,
Los sonidos parecen aún más cercanos.

Algunos insisten en que el mundo como lo conoces deja de existir cuando duermes. El mundo existe porque algo dentro de ti afirma que es así. Cuando estás despierto, ¿ya no estás soñando entonces? ¿O sólo estás soñando otro sueño?

Irse a dormir requiere soltar. Como cualquier insomne te dirá, no puede ser forzado. Pero así identificamos control con estar despierto, ¿es posible que el aspecto incontrolado del dormir sea igualmente una realidad?

Dormir parece tan real, y entonces despertamos. La vida despiertos parece tan real, y sin embargo necesitamos soltarnos de ella todos los días. Este extraño contraste es uno que quienes siguen el Tao contemplan continuamente. Si la vida es meramente cambiar de un sueño a otro, ellos constantemente preguntan: ¿Qué es lo verdaderamente real?

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