sábado, 7 de noviembre de 2009

Realización

Lleva a cabo tus visiones.
Persevera en tus ambiciones.
Solo entonces puedes negar
Visiones y ambiciones.

Algunos dicen que uno no debería tener ambiciones; las equiparan con la codicia y la lujuria. Sin embargo, algunas ambiciones son producto de la curiosidad y de íntimos deseos. Son intereses individuales, como querer saber sobre cierto tema o querer lograr metas. Mientras no dañen a otros, deberían ser ejercidas más que suprimidas.

Muchos jóvenes son reprimidos por sus pares y sus mayores. A veces hay razones válidas, pero usualmente los motivos de los demás están coloreados por el miedo, la ignorancia, los celos o la insuficiencia. Nadie debería refrenarte del logro de las metas de tu vida.

Cualquier cosa que quieras hacer, hazlo al máximo. Hay sólo unas pocas previsiones. Primero, debes darte cuenta de que nada es para siempre. Puede que logres tus metas sólo para darte cuenta de que ya no son importantes para ti. Está bien. Eso significa que has llegado al final de tu interés y que ahora eres libre para seguir con otra cosa. Segundo, tus ambiciones no deberían determinar tu vida. Eres primero un ser humano, y tus metas son meros adjuntos a tu búsqueda básica como persona. Finalmente, deberías darte cuenta de que el realizar tus metas debería incluir la erradicación de todos los miedos. Una vez que hayas logrado estas cosas, realmente no tendrás nada que interfiera entre ti y la realización espiritual.

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